Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
La sociedad necesita que las mujeres ocupen más lugares en los sistemas de decisión y en los sectores empresariales. Siempre tenemos que rendir doble examen: primero, demostrar que porque somos mujeres no somos idiotas, y segundo, el que tiene que rendir cualquiera.
La gran diferencia entre el hombre y la mujer es que la mujer hiere por despecho y el hombre hiere sin razón.
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